23 de enero de 2025

Cómo los nuevos códigos de construcción en Florida, California y otros estados están salvando vidas y ahorrando dinero (cuando se implementan)

La primavera pasada, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) emitió una severa advertencia a las comunidades del suroeste de Florida que aún se recuperan de la devastación del huracán Ian en 2022.

FEMA anunció que estas áreas corrían el riesgo de perder sus descuentos comunitarios en el seguro federal contra inundaciones debido a violaciones relacionadas con la reconstrucción inadecuada en zonas de inundación designadas.

En respuesta, los funcionarios locales del condado de Lee y la región de Fort Myers trabajaron con urgencia para abordar las preocupaciones de FEMA. Durante los meses siguientes, recopilaron una amplia documentación para demostrar el cumplimiento de las normas de elevación y otros requisitos de construcción. Los funcionarios también aclararon que algunas estructuras estaban exentas de estas regulaciones o habían sido reconstruidas de acuerdo con las pautas requeridas. Estos esfuerzos apuntaban a preservar los descuentos de seguros que son fundamentales para que la cobertura contra inundaciones sea asequible para los residentes de la región de alto riesgo.

La falta de aplicación sistemática de las directrices de la FEMA y de aplicación de los códigos de construcción actualizados en zonas propensas a desastres ha agravado los costos de los desastres, tanto de inmediato como a largo plazo. Las investigaciones subrayan la importancia de los códigos modernos para mitigar los daños y reducir los gastos de reconstrucción. Por ejemplo:

  1. El legado del huracán Andrew (1992): después de que el huracán Andrew devastara Florida, se hizo evidente que las prácticas de construcción deficientes contribuyeron a la destrucción generalizada. Florida respondió adoptando códigos de construcción más estrictos, incluidos requisitos para una construcción resistente al viento. Desde entonces, estas medidas han ahorrado miles de millones de dólares al reducir los daños de huracanes posteriores como Irma (2017) e Ian (2022), según la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas.
  2. Preparación de California para incendios forestales: Los códigos de construcción de California ahora enfatizan el uso de materiales resistentes al fuego y espacios defendibles alrededor de las casas en zonas de riesgo de incendios forestales. Sin embargo, algunas áreas se han resistido a adoptar estas medidas debido a preocupaciones sobre el aumento de los costos. Esta resistencia ha provocado pérdidas repetidas, como durante el incendio de Camp Fire de 2018, donde se destruyeron más de 18.000 estructuras. Las investigaciones estiman que adherirse a los códigos modernos de resistencia al fuego podría haber reducido significativamente estas pérdidas, según la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas.
  3. Problemas de desarrollo en zonas inundables: A pesar de las directrices de la FEMA, muchos municipios permiten la reconstrucción en zonas propensas a inundaciones sin incorporar requisitos de elevación más elevada. Por ejemplo, las zonas afectadas por el huracán Harvey (2017) en Texas sufrieron repetidas pérdidas por inundaciones porque las propiedades reconstruidas no estaban elevadas para soportar futuras inundaciones. Por el contrario, las iniciativas de reconstrucción posteriores al huracán Katrina en Luisiana incluyeron normas actualizadas de elevación de las zonas inundadas, que han ayudado a mitigar los daños por inundaciones posteriores, según Verisk.
  4. Análisis económico: Los estudios de FEMA estiman que por cada dólar gastado en mitigación de desastres, como la aplicación de códigos de construcción modernos, la sociedad ahorra $11 en costos de recuperación de desastres. Sin embargo, en 2019, solo alrededor del 30% de las comunidades de EE. UU. habían adoptado los códigos de construcción más recientes. Esta brecha contribuye a miles de millones de dólares en pérdidas evitables anualmente, ya que los códigos más antiguos no tienen en cuenta los riesgos cambiantes, como huracanes más fuertes e incendios forestales más frecuentes (Verisk).

Para superar estas brechas, FEMA y otras partes interesadas abogan por una aplicación más estricta de las normas y por incentivos para fomentar el cumplimiento de las normas modernas. Una mayor colaboración entre los gobiernos federales, estatales y locales podría garantizar que las iniciativas de reconstrucción prioricen la resiliencia y la sostenibilidad, al tiempo que se abordan las preocupaciones sobre los costos iniciales. Para obtener más detalles, la iniciativa Building Resilient Infrastructure and Communities (BRIC) de FEMA describe estrategias para incorporar estas prácticas de manera eficaz.

Artículo cortesía de SmartsPublishing.com