24 de febrero de 2021
¿Se debería disciplinar a los empleados por no distanciarse socialmente?
El distanciamiento social y el uso de máscaras se han considerado formas importantes de proteger a las personas del COVID-19. Por lo tanto, los empleadores hacen cumplir estas precauciones en el lugar de trabajo.
Pero, ¿qué pasa después de las horas de trabajo? ¿Qué pasos puede tomar un empleador si hay evidencia de que un empleado no está tomando precauciones y está involucrado en un comportamiento de riesgo cuando está fuera del lugar de trabajo?
Lo que puede hacer legalmente
Puede educar legalmente a sus empleados sobre los riesgos cuando no sigue las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
En los estados con una orden ejecutiva o una orden de salud que requiera el uso de mascarillas o que prohíban grandes reuniones, los empleadores pueden exigir a los empleados que firmen un certificado que indique que seguirán las pautas cuando estén fuera de la oficina. Si la evidencia revela que el empleado no siguió las pautas, el empleador podría disciplinar al empleado.
Los empleadores que se enteren de que los empleados no han seguido prácticas seguras pueden enviar a los empleados a casa, especialmente si el distanciamiento social es requerido por orden estatal o local. También pueden solicitar a los empleados que completen una encuesta de salud diaria.
Lo que no puedes hacer
Los empleadores que estén considerando disciplinar a sus empleados deben conocer los estatutos de "fuera de servicio legal" o las leyes contra la discriminación. Por ejemplo, California, Colorado, Illinois, Nevada, Nueva York, Dakota del Norte y Carolina del Sur tienen leyes que protegen la conducta legal fuera de servicio de los empleados. Disciplinar a un empleado por no usar una máscara mientras está fuera de servicio o por asistir a un evento grande podría violar estas leyes.
Muchas constituciones estatales garantizan a los ciudadanos el derecho a la privacidad dentro de límites razonables. Por ejemplo, los tribunales de Alaska han permitido demandas basadas en la afirmación de que la privacidad del individuo fue invadida cuando una entidad se entrometió irrazonablemente en sus asuntos privados. Esto significa que un empleador debe tener razones justificadas y convincentes para hacer preguntas intrusivas sobre los comportamientos fuera de servicio de los empleados.